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martes, 23 de diciembre de 2008

El vicepresidente electo de Estados Unidos advierte que la economía corre peligro de quiebra total
AGENCIAS
NUEVA YORK. El vicepresidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, declaró ayer que la economía norteamericana corre el peligro «de quebrar completamente» y que podría hacerse necesario un segundo paquete de estímulos del orden de los 600.000 a 700.000 millones de dólares dado que la crisis «es mucho peor» de lo que nadie pensaba.
En su primera entrevista tras las elecciones del 4 de noviembre, Biden aseguró a la cadena ABC que cada persona con la que ha hablado «está de acuerdo con los principales economistas. Tiene que haber una inversión de verdad, sean 600.000 millones de dólares, 700.000 millones, una cifra que nadie se hubiera planteado hace un año».
En la entrevista, de la qu se anticiparon algunos extractos antes de su emisión, Biden aseguró que el nuevo plan de estímulo en que están pensando es necesario para impedir que la economía «se hunda por completo». «Es el único camino a corto plazo», insistió.
El aún senador por Delaware explicó que el presidente electo, Barack Obama, y su equipo se encuentran completamente centrados en diseñar ese plan de estímulo, que tendrá como base la inversión en infraestructura, tecnología y fuentes de energía alternativas y todo ello para crear o al menos mantener 2,5 millones de puestos de trabajo.
Biden subrayó que el equipo que está preparando el programa de estímulo ya ha contactado con congresistas y senadores tanto demócratas como republicanos y que en principio han encontrado receptividad.
El resto de los objetivos del futuro Gobierno, aseguró Biden, estarán supeditados a cómo se comporte la economía. «Como próximo Gobierno, la cosa más importante que tenemos que hacer es cortar la hemorragia y empezar a aminorar las pérdidas de empleo» que se producen en la actualidad, sostuvo.
El equipo de Barack Obama considera que recuperar por completo la economía puede llevar años.

sábado, 20 de diciembre de 2008


La mayor crisis financiera de los últimos 80 años estalló en julio de 2007 cuando los bancos perdieron la confianza entre sí y dejaron de prestarse dinero. El mundo financiero se había convertido en una gigantesca timba de póker en la que los banqueros se miraban los unos a los otros intentando adivinar quién iba de farol 'suprime'. Un año después, cuando tocó mostrar las cartas, se supo que casi todos las tenían marcadas, que muy pocos respetaban las reglas del juego aprovechando que el croupier estaba amordazado por mor de la desregulación. Sin confianza no hay sistema financiero y el pagano del tongo fue el ciudadano de a pie, anestesiado por la borrachera de crédito y asfixiado, de repente, por la falta del mismo.

La semana pasada nos enteramos de que, no sólo la clase media está con taquicardias, sino de que incluso los mismísimos jugadores de la partida amañada también han sido engañados por el gestor en quien confiaban: Bernard Madoff. ¿Qué arma había utilizado el broker infalible para que confiaran en él quienes saben que, en esto del dinero, lo mejor es no fiarte de nadie? La familia, don Vito.


Bernard Madoff. (Foto: Don Emmert)

Madoff empleaba a sus dos hijos, ambos socios y gestores del Nasdaq, para forjarse una imagen de hombre respetable, conservador incluso. Nadie podía pensar que iba a corromper con cieno la sangre de su sangre. Así se ganó la fe ciega de su socio Walter Noel, que a su vez convirtió a los maridos de cuatro de sus cinco hijas en los comerciales de los productos que vendía Madoff por todo el mundo. En España se situó el yerno Andrés Piedrahita, que a su vez empleó a Fernando de Córdova de Hohenlohe. En Ginebra contactó con Michael de Picciotto, sobrino de Edgar de Picciotto, uno de los grandes de la banca privada suiza. De Picciotto junior declaró en 1997 al Financial Times: "Existe una verdadera elite, y después están los demás. Para la elite de la industria de los 'hedge funds' nosotros somos uno de los pocos compañeros de viaje". Respecto a la inversión de determinados activos añadió: "¿Por qué deberíamos cocinar nosotros mismos si tenemos acceso a grandes talentos ahí fuera?". Al parecer, el chef era Madoff. El hedor insoportablemente aristocrático de este asunto no reconforta a nadie. Pero evidencia que, independientemente del color de la sangre que corra por las venas, del colegio en que te eduques y del club privado al que te inviten, nadie está a salvo de convertirse, de un día para otro, en un pardillo.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Los banqueros estafadores del neoliberalismo: la hediondez de Madoff

Cuando apenas se despliega el tsunami financiero de Estados Unidos, estalló “la mayor estafa de la historia”, por 50 mil millones de dólares, operada por Bernie Madoff, anterior director de la bolsa Nasdaq, mediante un clásico “esquema Ponzi” (The Financial Times, 12/12/08): fraudulenta pirámide de dinero ideada por Charles Ponzi (italiano que emigró a Estados Unidos en 1903) y que paga exorbitantes ganancias a las primeras inversiones en fila, extraídas del dinero recién agregado.

Apresado por la FBI, Bernie confesó que sus inversiones habían sido “un gran engaño” (Bloomberg, 12/12/08). Su estafa fue global y afectó a los principales bancos de las plazas financieras de la desregulada globalización: Wall Street, la City, Suiza, Japón, España (donde Santander salió averiada) y Francia. Fueron timados los relevantes bancos del mundo, y los principales hedge funds (“fondos de cobertura de riesgo”). En forma inverosímil, Bernie “había asesorado a la Comisión Reguladora de Valores e Intercambios (SEC, por sus siglas en inglés) sobre cómo regular (sic) los mercados” (Bloomberg, 15/12/08).

Los “auditores” de Bernie resultaron “una firma de solamente tres (¡súper-sic!) personas llamada Friehling & Horowitz” que operaba en una oficinita de 2 por 4 metros en Nueva York, integrada por un jubilado de 78 años que vivía en Florida, un contador y una secretaria (The Daily Telegraph, 15/12/08).

Ira Ike Sorkin, abogado de la firma Dickstein Shapiro de Nueva York, que representa a Bernie, declaró que lo acontecido había sido “una tragedia”, sin especificar para quién: si para su cliente o para los estafados por Bernie.

Le Monde fustiga la ligereza de los banqueros globales, “lo que prueba que colocan el dinero de sus clientes sin preocuparse de la manera en que se adquieren las ganancias”, y pone en la picota a la SEC, a los “fondos de fondos”, lo que exige “reglas claras y transparentes” y “verdaderos poderes de investigación y sanciones”.

Se encuentran en riesgo los “fondos de fondos” (Tremont de Estados Unidos; RMF de Gran Bretaña; y UBP y Grupo EIM, de Suiza) y “su modelo operativo, que amenaza el manejo de 685 mil millones de dólares” (The Financial Times, 15/12/08). El editorial británico impreca la “locura de Madoff “ y el “pésimo desempeño de auditores, reguladores, la SEC y los fondos de fondos”.

Rob Cox (The Daily Telegraph, 12/12/08) comenta que tal estafa “podría ser un aperitivo de otras mayores”, cuando “aparecen primero las pérdidas y las estupideces (sic) cometidas por los banqueros que operan para su propio interés”.

¿Donde anduvieron extraviadas las “reguladoras” y “calificadoras”, tan severas con los países valetudinarios de la periferia? ¿Quién califica a las “calificadoras” (Standard & Poor’s, Moodys y Fitch) y a las hilarantes “reguladoras” en el sistema neoliberal notoriamente mafioso?

Joanna Chung (The Financial Times, 14/12/08) expone que la “SEC se encuentra en la picota” por la “estafa Madoff”. Los investigadores de la SEC supuestamente se equivocaron con las empresas que manejaba Madoff y, en lugar de monitorear su “negocio de consultoría de inversiones” (que fue registrado apenas hace dos años, después de dos generaciones de actividad clandestina), inspeccionaron a su inocua correduría, pese a las múltiples advertencias, ampliamente del conocimiento de la SEC, proferidas públicamente por sus competidores como Aksia, firma de consultoría de hedge funds con sede en Nueva York, que había alertado a su clientela de no invertir en Madoff Investment Securities pese a la seducción de sus altos rendimientos.

Tardíamente, la Oficina de Fraudes Graves (sic) –SFO, por sus siglas en inglés– inició una investigación en Londres después de las pérdidas sufridas por Man Group, el mayor hedge fund del mundo, y el fondo de inversiones Bramdean Alternatives, que dirige la feroz Nicola Horlick, quien ha criticado acerbamente la “falla sistémica” de la SEC, que plantea “preguntas fundamentales” sobre la estructura regulatoria de Estados Unidos, que ha quedado hecha añicos.

Le Monde (15/12/08), rotativo francés que suele ser muy sereno, se va a la yugular de Bernie, de 70 años, reverenciado como “genio de las finanzas” y “uno de los gurús de Wall Street”, quien ostentaba su “elevada ética” en su calidad de “figura de la comunidad judía de Nueva York” y “organizador del apoyo financiero a Israel”. Pues Bernie no perdonó siquiera a sus correligionarios de Nueva York y Florida, a quienes defraudó masivamente.

“Estafador como un banquero”, será uno de los axiomas con el estigma de esa calamitosa actividad que surgirán del tsunami financiero de Estados Unidos, que dañó al mundo en forma perversa, lo cual ya habíamos padecido en México con el caso Fobaproa/IPAB (aprobado por Calderón).

Hay que reconocer que en Estados Unidos la clase financiera simula mucho mejor que la nuestra en México, y en cada “crisis” recurrente encuentra a conveniencia multimediática su prototipo de chivo expiatorio, que parece personificar Bernie, si es que no surge uno mucho mayor cuando se vayan exhumando los cadáveres del “nivel 3” contable de las deudas incobrables de la insolvente banca anglosajona.

Se sabía que el neoliberalismo global era una gran estafa intelectual, con todo y sus palafreneros multimediáticos. Ahora, con las inocultables pérdidas, han empezado a brotar los magnos y magos estafadores de Wall Street.

Es el fin del modelo neoliberal global y del dominio financiero de la banca anglosajona. Tampoco hay que exagerar con que el mundo se acabará. ¿Cómo pudieron vivir los humanos, con legados civilizatorios asombrosos, antes del invento neoliberal mercantilista del siglo XVIII y su nefasto subtipo financierista de la “desregulada” globalización de 1991?

Se trata de un cambio de paradigma –no una vulgar “crisis” recurrente del caduco modelo capitalista radical–, donde forzosamente retornará la armonía sico-política y socio-económica, con mayor contenido ético y estético en la conducción de los asuntos de los humanos, quienes, debido al triunfo militar estadounidense en dos guerras mundiales y en la guerra fría, fueron obligados a adoptar el espejismo idólatra del exageradamente falible “mercado”.

sábado, 13 de diciembre de 2008


El colectivo de las viudas de la generación que alumbró el llamado baby boom atraviesa serias dificultades. Alrededor de un 30% de estas mujeres vive en el umbral de la pobreza o corre riesgo de exclusión social. Las viudas que han quedado al margen de los planes de igualdad representan tres millones de personas en toda España, unas 340.000 en Catalunya. La mayoría de ellas trabajaron siempre en casa, al cuidado de la familia en unos años muy difíciles. Por eso no constan como cotizantes en la Seguridad Social y no disponen de pensión de jubilación. El actual contexto de crisis económica empeora la situación de las viudas, especialmente de aquellas de más edad que viven solas y constituyen un nuevo tipo de pobreza invisible en las grandes ciudades.

En junio, el Congreso de los Diputados instó al Gobierno, a petición del grupo parlamentario de CiU, a mejorar las pensiones de viudedad, una medida necesaria cuya plasmación, no obstante, podría retrasarse a causa de las negociaciones de la nueva ronda del pacto de Toledo. Actualmente, la pensión media de viudedad de las mujeres es de 540 euros al mes, por debajo de los 552,4 euros mensuales de la llamada renta de suficiencia de Catalunya. Las administraciones públicas no cumplen con las viudas ni el compromiso mínimo que se ha establecido como barrera objetivable entre una existencia en la miseria y una existencia digna.

Estamos hablando de un asunto de justicia que no puede demorarse. La edad avanzada de muchas de estas personas exige una respuesta oficial urgente, clara y diligente que ponga fin a una excepción insostenible e impropia de los mecanismos de protección social. El Gobierno, de acuerdo con el resto de las administraciones, debe desbloquear esta anomalía de manera inmediata, dado que nuestra sociedad no puede permitirse una grieta de insolidaridad tan evidente en contra de las generaciones que atravesaron las décadas más inclementes de nuestra historia reciente. El bienestar del que gozamos en España hoy es fruto también del esfuerzo de millones de mujeres que, siempre en silencio, dedicaron los mejores años de su vida a trabajar en sus hogares, sin reconocimiento social ni compensación económica alguna.

Pioneras en las estrecheces del mileurismo obligado y sin apenas capacidad para hacer llegar sus demandas a la opinión pública, no es de recibo que las viudas deban seguir mendigando en cada ventanilla oficial lo que en justicia les corresponde. Ha llegado la hora de que el Gobierno actúe para solucionar un problema que golpea diariamente la conciencia colectiva.

La Vanguardia-Editorial (8.12.2008)

¿Cómo era eso de ‘Estado aconfesional?








La decisión judicial de retirar los crucifijos de un colegio de Valladolid vuelve a demostrar el peso que la Iglesia católica mantiene en espacio públicos, tras 30 años de la declaración de aconfesionalidad del Estado.

La necesidad de la separación entre Iglesia y Estado ha vuelto a quedar en evidencia. Treinta años después de la aprobación de la aconfesionalidad del Estado, esta es una tarea pendiente. “Se estaban incumpliendo los artículos 14 y 16.1 de la Constitución, como se refleja en la sentencia: ‘El Estado no puede adherirse ni prestar su respaldo a ningún credo religioso ya que no debe existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales”, explica Fernando Pastor, uno de los impulsores de la denuncia que realizó la Asociación Cultural Escuela Laica (ACEL) para que los crucifijos no se mantuvieran en el colegio público Macías Picavea de Valladolid.

Una sentencia que se hizo pública días antes de las celebraciones del 30º aniversario de la Constitución. Una demostración de la influencia que, más de 30 años después de finalizar el régimen nacionalcatolicista, mantiene la religión católica en el Estado español. A pesar de la resolución del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 2 de Valladolid estos crucifijos continúan en su sitio. Al igual que en el colegio Isabel La Católica de dicha localidad, donde existe otra denuncia similar.

“La Junta de Castilla y León había decidido no recurrir, pero según nos han filtrado, tras una reunión con el Arzobispado y algunos miembros de los sectores religiosos más integristas, han cambiado de posición”, denuncia Pastor. No es la primera vez que la escuela se rebela ante la simbología religiosa. Desde 2004 más de 50 organizaciones se han reunido en la campaña ‘Por una escuela laica: Religión fuera de la escuela’, entre ellas la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, que exige “la retirada de todo tipo de simbología religiosa de las instalaciones de los centros educativos públicos, para garantizar los derechos de todo el alumnado”.

Es muy “difícil saber si en alguno de los 16.000 centros escolares no universitarios de titularidad pública existen. A no ser que haya una denuncia de por medio”, aclara Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.

Más allá de los colegios


Los privilegios de la Iglesia llegan también fuera de las aulas, y eso que con ella están relacionados el 80% de los centros concertados. La lista se alarga hasta su presencia en el Ejército, los beneficios fiscales o la jura ante la Biblia de altos cargos gubernamentales. “La sentencia de Valladolid ha de servir de punto de partida para un proceso de ‘desclericalización’ de la sociedad española. No sólo debe afectar a a las escuelas, también tanto a la escasa neutralidad del Estado en cuanto a la exhibición de iconos religiosos en el espacio público, como a las fuentes de financiación de las iglesias.

No olvidemos que en estos días comenzaremos a ver belenes en delegaciones de Hacienda o ayuntamientos, por ejemplo. Pero al mayor obstáculo al que nos enfrentamos en esta supuesta democracia es el concordato con el Vaticano”, denuncia Paco Miñarro, coordinador de la Federación Internacional de Ateos (FIdA). “¿Símbolos religiosos en edificios públicos? Ni de coña. ¡Denúncialos!”, es la campaña que esta asociación acaba de iniciar en el blog nosimbolos.blogspot.com.

Pero no siempre es la Iglesia la que acude a los organismos públicos. Los máximos representantes políticos también presiden procesiones y actos religiosos, al igual que miembros de la policía o militares, y todavía persisten los funerales católicos de Estado. “Los miembros de la corporación municipal de Zaragoza, por ejemplo, están obligados por un reglamento de protocolo a asistir a actos solemnes como la celebración del Corpus o del Viernes Santo”, explica Antonio Aramayona de Movimiento Hacia un Estado Laico.

Una postura también defendida desde sectores confesionales para evitar polémicas. “Abogamos por un ‘pacto por la laicidad’ entre confesiones religiosas y el Estado que regule todas estas situaciones”, explica Raquel Mallavibarrena, de Somos Iglesia, colectivo que también forma parte de Redes Cristianas que en septiembre denunciaba en el Manifiesto por la Laicidad “la actual presencia de la religión confesional católica en el sistema educativo y en la escuela pública y concertada” y que defiende la laicidad escolar.

El PSOE mira para otro lado Aunque los socialistas de Castilla y León exigieron inmediatamente a la Junta que aplicara la resolución judicial, la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, apostaba por respetar la autonomía de cada centro para decidir sobre la presencia o retirada de los símbolos religiosos de los colegios públicos, en contra de la sentencia hecha pública unos días antes en Valladolid. “El PSOE mantiene una continua doble moral. Se considera laicista, pero no quiere suscitar la tormenta de una polémica. Le tiene pánico a la Iglesia porque tiene una estructura diseñada para movilizar a masas, y mucha experiencia en hacerlo”, explica Mila Carrero, de Cáceres Laica.

Y mientras, la Iglesia sigue a lo suyo. Tras ser reelegidos los máximos representantes en la XCII asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española, su portavoz, Juan Antonio Martínez, afirmaba: “La presencia de los símbolos religiosos en la vida pública es una garantía de libertad frente al totalitarismo”. Una postura que Miñarro incluye en el ‘laicismo inclusivo’ que considera “la identificación del crucifijo con una ‘herencia cultural y filosófica’ europea”.

“Una corriente mayoritaria en el aparato del PSOE que está abierta a la colaboración con las diversas iglesias. Pero este ‘multiconfesionalismo’ no tardará en mostrar sus deficiencias”, denuncia el coordinador de FIdA. Aunque en 30 años la aconfesionalidad no ha logrado imponerse a una de las rémoras de la herencia franquista.