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martes, 25 de noviembre de 2008

Lo-que-no-va, o cómo la Historia puede recordar el presente - 1


Lo-que-no-va, o cómo la Historia puede recordar el presente - 1
Los cálculos que distintos organismos van publicando para la economí­a española se están aproximando a las que se dijeron aquí­: el -0,7% va a ser, ha dicho el FMI, el crecimiento del PIB español en el 2009; el -1,0% dice el Servicio de Estudios del BBVA; (-1,0 / -0,3)% leyeron Uds. aquí­ el 29 de Septiembre. Con todo lo que está sucediendo y va a suceder, pienso que va ser peor: a mediados de Diciembre se lo contaré; de momento, sobre la mesa tenemos una historia.



(Fuente: Santiago Niño Becerra, Lucinio González Sabaté y Jordi Cuadros Margarit, “PIB mundial y petróleo”. Ponencia presentada en la XXII Reunión de Asepelt. Barcelona 18 - 20 Junio 2008).

Habí­a una vez un mundo que a partir del año 1950, según las normas al uso para medir el transcurso del tiempo, empezó a crecer como nunca antes habí­a crecido. La mayorí­a de sus moradores mejoraron muy poco su situación pero otros, los de los paí­ses denominados “desarrollados”, sí­, y muchí­simo algunos de los habitantes de esos paí­ses.

Tras casi sesenta años de crecimiento el estudio de la evolución de la suma del PIB (una medida del valor generado) de cada uno de los entes jurí­dicos en que ese mundo se dividí­a, mostraba lo indicado por el gráfico que acompaña estas lí­neas.

Entre 1950 y 1973 el PIB de ese mundo habí­a crecido a una media de casi el 5% anual, lo que no está nada mal. En el perí­odo siguiente, los años que median entre 1973 y el 2005, el crecimiento del PIB de ese mundo cayó al 3%. Una variación realmente espectacular que se vio acompañada por un aumento desmesurado de la población mundial: mientras que en 1950 la población de ese mundo alcanzaba los 2.629 millones de personas, en 1975 habí­a aumentado hasta los 4.068 millones, y en el 2005 llegaba a los 6.454 millones. Es decir: menor crecimiento para una mucho mayor población.

El problema -que se supone que entonces nadie en ese mundo vio- del modelo de crecimiento puesto en marcha en 1950, radicaba en que tení­a un final: se acababa agotando ! mucho más rápido que otros posibles modelos porque suponí­a cosas que eran ilusiones, deseos; y esos supuestos se fueron tornando más y más sofisticados, más y más extensos, hasta que fue fí­sicamente imposible que aumentaran más.

Mañana continuamos.

(Van a conceder ayudas al subsector del automóvil. Pregunta: esas ayudas. ¿van a servir para que la gente compre más coches?, porque el objetivo es ese, ¿no?: que las ensambladoras de automóviles vendan más. Yo, la verdad, no acabo de verlo; no acabo de ver cómo va a influir en que adquiera un automóvil un residente de Fregenal de la Sierra el que a Seat le concedan una ayuda de X millones. Pero lo que sí­ veo es que esos 40.000 millones de euros de los que se hablan pueden servir a las automovilí­sticas para tapar agujeros. Evidentemente, debo mirar mal el tema).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.


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