
Lo-que-no-va, o cómo la Historia puede recordar el presente - 1
Los cálculos que distintos organismos van publicando para la economía española se están aproximando a las que se dijeron aquí: el -0,7% va a ser, ha dicho el FMI, el crecimiento del PIB español en el 2009; el -1,0% dice el Servicio de Estudios del BBVA; (-1,0 / -0,3)% leyeron Uds. aquí el 29 de Septiembre. Con todo lo que está sucediendo y va a suceder, pienso que va ser peor: a mediados de Diciembre se lo contaré; de momento, sobre la mesa tenemos una historia.
(Fuente: Santiago Niño Becerra, Lucinio González Sabaté y Jordi Cuadros Margarit, “PIB mundial y petróleo”. Ponencia presentada en la XXII Reunión de Asepelt. Barcelona 18 - 20 Junio 2008).
Había una vez un mundo que a partir del año 1950, según las normas al uso para medir el transcurso del tiempo, empezó a crecer como nunca antes había crecido. La mayoría de sus moradores mejoraron muy poco su situación pero otros, los de los países denominados “desarrollados”, sí, y muchísimo algunos de los habitantes de esos países.
Tras casi sesenta años de crecimiento el estudio de la evolución de la suma del PIB (una medida del valor generado) de cada uno de los entes jurídicos en que ese mundo se dividía, mostraba lo indicado por el gráfico que acompaña estas líneas.
Entre 1950 y 1973 el PIB de ese mundo había crecido a una media de casi el 5% anual, lo que no está nada mal. En el período siguiente, los años que median entre 1973 y el 2005, el crecimiento del PIB de ese mundo cayó al 3%. Una variación realmente espectacular que se vio acompañada por un aumento desmesurado de la población mundial: mientras que en 1950 la población de ese mundo alcanzaba los 2.629 millones de personas, en 1975 había aumentado hasta los 4.068 millones, y en el 2005 llegaba a los 6.454 millones. Es decir: menor crecimiento para una mucho mayor población.
El problema -que se supone que entonces nadie en ese mundo vio- del modelo de crecimiento puesto en marcha en 1950, radicaba en que tenía un final: se acababa agotando ! mucho más rápido que otros posibles modelos porque suponía cosas que eran ilusiones, deseos; y esos supuestos se fueron tornando más y más sofisticados, más y más extensos, hasta que fue físicamente imposible que aumentaran más.
Mañana continuamos.
(Van a conceder ayudas al subsector del automóvil. Pregunta: esas ayudas. ¿van a servir para que la gente compre más coches?, porque el objetivo es ese, ¿no?: que las ensambladoras de automóviles vendan más. Yo, la verdad, no acabo de verlo; no acabo de ver cómo va a influir en que adquiera un automóvil un residente de Fregenal de la Sierra el que a Seat le concedan una ayuda de X millones. Pero lo que sí veo es que esos 40.000 millones de euros de los que se hablan pueden servir a las automovilísticas para tapar agujeros. Evidentemente, debo mirar mal el tema).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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